Mía es la prudencia de los siglos.
Tengo la clave de los misterios de la vida.
.Arrojo mis semillas en terreno fértil.
Y los nutro con constancia y decisión.
Mis miras son fijas.
Inalterable, mi mirada.
Firme, inexorable y profunda.
Avanzo co nmarcha constante y sostenida.
Debajo tengo, sólida, la tierra.
“SOY LA SERPIENTE”
RADIO PIRATA AÑO NUEVO CHINO SERPIENTE DE MADERA
J.L.P: Xinnian kuaile, xinnian kuaile… Buenas tardes, xinnian kuaile, feliz año chino… Nada más y nada menos que un año nuevo que se nos va, nada más ni nada menos que a un año de siete miles… a los siete miles… como los abordajes. Xinnian kuaile… Pues ahí está el año nuevo chino cuatro mil setecientos… Yo había dicho siete mil, no sé por qué había dicho siete mil hoy en una clase. No. Es 4723, y estamos… Nos hemos venido arriba, tan arriba que el gorro sobresale la imagen. Pero bueno, se pueden imaginar así el gorro más grande.
Xinnian kuaile, sí, sí… feliz año nuevo de la serpiente. Sí, serpiente de madera… Que aquí la tenemos, aquí está. Ha llegado para darle la despedida al dragón. También ha llegado un dulce… También ha llegado la serpiente… Aquí teníamos el dragón… durante todo este año ha estado el dragón danzando y danzando, y ahora llega la serpiente en su lugar. Y ya no tenemos más dedos donde algo más colocar.
El caso es que xinnian kuaile, feliz año nuevo.
Bueno… ¿por qué tanta historia con…?
Éste es nuestro tercer programa del mes de enero de Radio Pirata. No hemos dicho nada de Radio Pirata, hemos entrado directamente a lo chino, así, como el poeta, que nos ha llevado… yo qué sé, no sé qué. No sé si alguien se ha dado por aludido en algún momento, no sé, que escriba una carta a los Reyes Magos del año que viene, no de éste, del que viene. No tiene ningún objetivo ni sentido sino que todo lo más apropiado posible, o sea que puedo seguir así hasta quién sabe. Pero ¿de qué se trata, de entender, de aprender, de comprender o…? Ah, ¿se trata de eso? Bueno pues esto es Radio Pirata, tercera edición del mes de enero. Y bueno, nosotros pensábamos hacer otra cosa pero no sugirieron así… ¡así!... ¡Así!... nos sugirieron, ¡así!, que por qué no el 29, que era el xinnian kuaile, el año nuevo chino, para contar lo que el conde no va a contar en sus seminarios especiales. El conde… el Conde Duque de Olivares, no, no, no. Es otro conde, el Conde de Giaveno. Pues claro, ahora no lo puedo ocultar. Si tengo que hablar de eso pues se va a enterar, y va a estar ahí con las notas y tal y luego va a decir… lo va a subir a un árbol de la vida y la serpiente va a bajar con una bola colorada… ¡yo qué sé!, con la rama tercera celeste y el tronco terrestre anfibio. Jejeje… Ay, esto se pone divertido. No, no, no…
Pero hombre, si se dice que es un año nuevo, pues nuevo, nuevo. En ese sentido sí que está muy bien porque entramos… La verdad, los piratas no solemos celebrar los años nuevos ni viejos, no; no hay ni nuevos ni viejos, hay una eternidad de aguas que recorrer. Entonces las Aguas Anteriores, las Posteriores, las Intermediarias y yo qué sé…
Y una cadena que nunca la he sacado… yo no sé por qué pero estoy lleno. Hoy estoy encadenado. Y tengo otra más grande… Pero ésta está llena de… Ésta es grande, ésta es calaverosa, muy calaverosa. Lo dejo así un rato para que se vean las dos. Sí, porque todo esto son abalorios que ustedes nos han regalado. O sea de todos los abalorios que hay aquí y de toda la tropa que tenemos en la retaguardia… Ah, sí, las… Ustedes han sido los, digamos, sí, sin digamos, los que han propiciado esto. Entonces bueno, fíjense ésta… Entonces realmente quién hace este programa son ustedes. Sí, ustedes lo hacen porque si no fuera por toda esta barroquería tremenda ¿no?, el programa tendría menos gracia –al menos “menos gracia”- porque, aunque yo soy un simple emisario y que pueda resultar grotesco, raro, extraño… Pero fíjense son y 27 minutos y no he dicho nada todavía del año nuevo chino.
Bueno, el caso es que es una serpiente ¿no?, una serpiente de madera. Y todos ustedes saben, porque habrán convivido con serpientes alguna vez ¿no?, de una manera o de otra… Hay muchas serpientes sueltas, unas muerden y llevan veneno y otras muerden y no llevan veneno y otras nunca muerden… otras te estrangulan como la constrictor. Bueno, el caso es que el año de la serpiente es un año nuevo especial, especial sí, porque según dicen los astros, es la astucia que se pone en marcha para procurar el servicio máximo de sus intereses, la perfección ante todo, la consecución de la riqueza y la opulencia. ¡Quién diría!, ¿verdad? Pero sí, sí, sí…
Pero todo esto sin que los demás se den cuenta. Es decir que su astucia le hace promover una serie de movimientos y de acontecimientos, que se podrían atribuir a diferentes cosas o situaciones o personas. Pero no, ha sido la serpiente, el influjo de su serpiente, de sus dimes, diretes, dichos… cuchicheos, etc. Además, la serpiente le encanta que todo salga bien, es obsesiva, es obsesiva. Cuando se equivoca por alguna razón, alguna extraña razón, pues casi se muerde a sí misma, casi, casi se muerde a sí misma pero no llega.
La serpiente, además de su astucia y de su inteligencia, y la búsqueda de “o yo… o yo… conmigo o conmigo y sin mí no existe nada” pareciera un poco ególatra pero no, no lo es, porque la serpiente con su influjo lo que favorece es el desarrollo de la identidad de los seres, en este caso sobre todo los humanos, para que se identifiquen:
-Bueno, a ver, ¿vos, quién soy? –si estuviéramos en Uruguay o en Argentina-. ¿Vos, quién soy? ¿Tú quién eres? ¿Aquel quién es?
Este capítulo es importante en este año porque en el dragón, bruaaaa, hubo una serie de “bbbrrruaaaaa”… Bueno, no vamos a contarles todas las cosas que pasaron en el año del dragón. Pero… ¡oh, oh!, en cuanto empezó a acercarse la serpiente ¿vieron como las guerras empezaron a amainar?, dos de ellas están paradas –con sus altercados ¿verdad?-, una tercera en breve va a ser puesta en paz sí o sí. Y lo que les decíamos de la abundancia, los dineros empezaron a moverse, pero a una velocidad increíble, increíble. Claro, todo esto se le achaca a un presidente y tal, sí, sí, pero qué casualidad que es en ese año, qué casualidad que el dinero –money, money, money…- empieza a coger una fuerza y una preponderancia espectacular, pero en pos de definir y de aclarar qué es cada cosa, para qué sirve cada otra. No es el dinero de la dolce vita, del dolce farniente, no, no. Es el dinero empleado en esto, en lo otro, en lo otro. Y quién dice “dinero” dice el empleo de intenciones, de vocaciones, de dedicaciones, de influencias, de intenciones.
En consecuencia, es un tiempo que –dirían- de aprovechar todos los seres, los animados y los desanimados. Los animados, porque ya están animados, pues que se animen a mejorar la calidad. Sí, claro, claro, la serpiente requiere calidad, exige calidad, no puede ser cualquier cosa, no, no, no. Además, tenemos una cosa muy importante de la serpiente y es que llega un momento en que ella misma no se soporta, no se soporta, y cambia de piel y se convierte realmente en “otra serpiente”, y lo viejo… Y ésa es otra de las características que les comentará el conde en alguno de sus seminarios ¿verdad?, y es que lo viejo, en cuanto a que ya ha cumplido su función, no por edad sino por funcionalismo, se deja aparte –get out!, get out of here!- y aparece lo nuevo. Por eso el “feliz año nuevo” de la serpiente de madera es especialmente significativo.
Es como… ustedes plantaron la semilla ¿verdad?, ah, muy bien está la semilla. Y ven una vez y otra vez, van una y otra vez al campo y no ven nada, hasta que un día ¡pam!, sin verlo, aparece, aparece el primer brote, el primer brote de esa planta, de esa semilla. Pues aquí pasa algo parecido ¿no? Y tú ibas así, cojeando, ibas así, renqueando, y que si no te… todo te molestaba, todo el mundo era culpable, todo era horrible, todo era horroroso, hasta que de repente, de repente llegó una serpiente ¿verdad?, te hizo una envolvente helicoidal, te quitó todas esas marañas ¿no?, ¡fuaaa!, y surgió otra persona. Aparentemente es la misma, ¡aparentemente!, pero en la práctica ¡guau!, se puso de pie, se acicaló, se vistió, y… Y, claro, los que no hayan sufrido este cambio “serpentil” dirán:
-Oh, ¿qué le ha pasado? ¿Está mal?, ¿está loca?, ¿está loco?
No, no, no, no… Es que es, ése es el que es, así es. Pero antes… como que… bueno, entre dragones, ratas, cerdos, caballos, monos y demás, pues las personas eran de una forma… Que sí, que está bien, que no es que la serpiente vaya a ser la más importante, este año sí, este año sí… sino que ya verán como van a aumentar las serpientes como animales de compañía. Claro, además son… ¡oye!... Claro, hay que tener cuidado porque se escapan, se escapan a donde quieren, o sea les encanta la libertad a la serpiente. Quién lo iba a decir. Ustedes tienen una serpiente en un cuarto por ejemplo ¿no?, como ella no tiene prisa… Y ése es otro detalle, que no tiene prisa. Pero ella se cansa del cuarto, ya ha recorrido todo el cuarto… En cuanto ustedes se descuiden, sale del cuarto y ya, si te he visto no me acuerdo, si te he visto no me acuerdo. Quizás vuelva a casa… por navidad, quizá, quizá… o no, ¡o no!
-¿Y por qué se ha ido la serpiente si yo la trababa bien y tal?
-Sí, pero la esclavizabas un poco, la maltratabas un poco. Le decías: “es que eres una serpiente, por ti estamos sin paraíso, tú le llevaste la manzana…” –y todas esas cosas ¿verdad?-.
En cambio, si tú la tratas bien, la serpiente se hace tu elenco fiel, tu collar… Te pones la serpiente de collar y ella tan tranquila, ninguneando a todo el mundo ¿no? Pero ojo, cuidado… Que parece contradictorias… cosas ¿verdad? Pero una vez que has cambiado y te has quitado eso viejo, eso que te hacía tener las muecas, los gestos, el mal humor, bueno… un día bueno y diecisiete malos, y que has ido a un continente y a otro y vayas donde vayas no… llevas la cáscara… la cáscara se ha hecho rancia. Eso es lo que le pasa. Entonces ella cambia de cáscara, se le quita la cobertura y aparece, ¡guau!, la cobertura auténtica: brillante, plácida, complaciente… La serpiente.
Y otra cosa, otra cosa muy importante. Sí, existen los serpientes ¿no?, pero la serpiente es un signo femenino, sí. Y tiene dos cosas importantísimas también, más. Bueno, tiene tantas cosas importantes que me voy a quedar sin tiempo. Pero fíjense, ustedes sabrán que cuando se habla de las farmacias y los remedios, aparece una copa con el mástil de abajo, o sea el sujetador, con una serpiente. Cuando ven el báculo del doctor, éste está rodeado de una serpiente. O sea que la serpiente, el año de la serpiente va a ser el año del descubrir, del descubrir remedios para nuestras afecciones, ¡que estaban ahí!, simplemente era cuestión de prestarles un poco de atención.
Atención con la prisa, que en este año no va a haber prisa… Aunque venimos de una vorágine de prisas, no porque fuera de prisa el dragón sino que él es así ¿no? O sea menos prisa, más profundidad, más claridad, más identidad, más libertad y buscar los recursos y los medios. Porque si ustedes se fijan, bueno…
Ah, no he explicado lo del doctor. Pues el doctor igual. Igual que el remedio va a estar ahí en la copa, el médico que significa el doctor, el sanador, el brujo, el hechicero o el chamán, pues lleva su báculo con una serpiente. Es motivo inspirador. Así que este año también tiene como cualidad, del influjo de la serpiente, la inspiración. Inspiración pero, ojo, inspiración ¡now!, in the reality, en la realidad, no quedarte parado pensando en las Batuecas o… o sea que se quede… Que está bien, está bien pensar en las Batuecas pero que de vez en cuando, como que apetece que eso se concretice:
-Oye, a ver si quedamos un día y te invito. A ver si quedamos un día y te invito…
Y lleva diciéndolo 27 años y medio. “A ver si quedamos un día y te invito”, ¡hombre!, ¡quedar ya! El 27 de octubre en la Casa de Asturias en Madrid, para comernos unas fabes con almejas, ¡por ejemplo! Esto no es propaganda ¿no?, pero es algo que se nos ha ocurrido ¿no?
Lo cierto es que esto va a favorecer que a falta de prisas y a falta de querer hacer las cosas bien, bien, bien, bien, el sanador va a tener la fantasía, la imaginación y la clarividencia… ¡Si presta atención a lo que ocurre!, ¡claro! Porque no va a venir serpientes… ¡no van a empezar a llover serpientes para cada uno! A ver si alguien va a pensar que van a llover serpientes y yo me tengo que tragar la mía, y entonces a partir de ahí yo voy a ser clarividente. No, no, no. Es que viene… viene, ¡viene!, el influjo viene, viene, viene. Y ¿por qué creen ustedes que ha habido esta borrasca y este medio tsunami en España?, ¿por qué? Porque se va, se va el dragón ¡por todo lo alto! ¡buaaaa! ¿Y por qué esos fuegos en California y tal? ¡El dragón!, que ahhhhh… tiene que expresar lo vanidoso que es el ser y lo poco precavido que es. Y se va… a otras necesidades. Pero viene la que reconstruye, viene la reconstrucción, viene la reedificación, sobre los restos que quedaron mal, viene la revivificación para vivificar aquellos elementos que están mortecinos, que están cansados, que están desanimados…
-¿Por qué no hacemos esto?
-No… Es que ahora no me apetece.
-¿Y si hacemos…?
-No, es que… estoy cansado. No, es que…
-Pero bueno… Oye, cariño, ¿te apetece algo?
-Hhhhaaassssaaa… no…
-¿O sea eso?
-Asssshhhaaaaaa…
-Claro, o sea ¡n’a!
En otras palabras: “¡N’a!” “N’a” es una palabra muy conocida de los gitanos: ”N’a…” También la usaba Celia Cruz: “P’a mí tú no eres n’a, si tienes la bemba colorá…”
El “n’a” que no es exactamente “la nada” sino que es la representación física aquí, verbal y sonora de la “nada”, ¡n’a!, n’a, n’a… Pero claro, la n’a te puede dar lugar a una nana también: “A la nana, nanita, nanita eaaaa… -por ejemplo ¿no?, duérmete lucerito del alma mía…” Bueno, el caso es que sea como fuere, fíjense cómo se presentan las cosas…
Voy deprisa, sí, voy deprisa cuando debería ir más despacio por el año de la serpiente, pero el equipo técnico es muy exigente y me dice:
-Por favor, acaba en el momento adecuado. Aunque hoy seas una serpiente, acaba y dilúyete lo antes posible porque vienen los otros…
Y el otro no es nada más ni nada menos que es… ese programa tan fantástico que descubre lo indescubrible… Un poquito serpentino, eh, un poquito serpentino.
Bueno y, claro, ya estoy cercano al tiempo…
La serpiente, el año de la serpiente también nos trae ese afán por lo perfecto, por lo impecable. Que, casualmente, en la Sintonía Orante pasada se habló de lo impecable ¿no? Pues ¡guau! Esto sería importante para que… ¡Sí, sí, sí!, ¡es justo lo que han pensado!, para empezar cualquier nueva cosa de… que no hayas hecho.
-Por fin, por fin voy a estudiar arameo… por ejemplo.
Que dicen que es una lengua muerta. No, aquí no hay muertos, ¡todo está vivo!
Perfecto, perfecto ¿no? Y quién dice arameo dice… turco, turco ¿no?, turco. Pues podía ser turco, ¿por qué no? Y quién dice empezar esto puede ser empezar… a otra cosa. Porque como es nuevo, como ya lo viejo… lo viejo ya… Si eres español:
-¿Cuántos años llevas hablando en castellano, en español? ¿No te da vergüenza? Cuarenta y tantos años hablando español y no hablas ninguna otra cosa, con todas las lenguas que hay… Y cómo me las maravillaría yo.
Y cómo me las maravillaría yo para decirte que aprendas algo de francés, de inglés, de turco, de hebreo, de arameo, de chino, de turco… Y vuelve el turco. Saludos al Turko, allí en esas bellas, maravillosas playas de Cancún; un abrazo muy fuerte. Que aquí tengo a otro de los míos… participantes, de nuestro clan de músicos, ¡a ver qué os pasa!, que estáis ahí atonta’os, ¿no? Despertar un poco que está aquí el Gabriel, a ver, a ver qué pasa, que estamos en la serpiente, a serpentearnos un poco, ¿no? Bueno no, es que esto es una broma. A ver si va a haber alguien que se dé por aludido y vaya a decir:
-Y ha dicho en público que tal…
No, no, no. En público yo no digo nunca nada, todo lo digo en diferido… ¡digo no!, tampoco. Que yo… yo no soy n’a, simplemente un comparsante farsante que recoge unas cosas de por aquí, por allá y las va soltando así como quien no quiere n’a.
Y sí, ahora sí que me tengo que ir. Me tengo que ir porque la equipa técnica me ha mira’o con el oblicuo orbicular de los párpados… izquierdos y me ha dicho: “Vale. Vale, José Luis, ya has cumplido… Vale, José Luis, venga, ¡ala!, despide la fiesta que ya… que ya… que está esperando quien está esperando.”
Pero fíjense la cantidad de cosas que trae la serpiente cuando uno pensaría que la serpiente vendría a castigarnos, a mordernos, a tentarnos otra vez… Sí, cuidado con la riqueza y los dineros, hay que saber gestionarlos ¿no? Y como es pulcra, y como es impecable, no va a conseguir las riquezas así como así…
Pero fíjense en una cosa muy importante, muy importante a propósito de la serpiente –aunque no tenga tiempo-, si se fijan ustedes, en este planeta tenemos de t’o… Ésa es otra palabra importante: “t’o”. T’o es “de todo”, pero de todo ¡en abundancia! Tres cuartas partes de mar ¡pufff!, c on todo lo que hay ahí. Esas montañas, esos ríos… Tenemos de todo pero mal distribuido, mal organizado, mal… equiparado. Y en base a eso hay carencias graves de educación, de alimento, de cultura, de desarrollo. Y hay otros que están en la cima; una cima… facciosa –“facciosa” he dicho-, facciosa que… que no, tampoco. Entonces es un momento importantísimo para pensar, para fijarse en el Humanismo Sanador y ver… La serpiente lo hace y:
-Ssssss, a ver cuál sería la mejor distribución que podríamos hacer aquí de esto.
Práctica y a la vez novedosa, la innovación, la novedad. Y es a partir de hoy, ¡de hoy!, ¡hoy! From today and… tomorrow and past tomorrow and infinity.
Bueno, el caso es que… Sí, porque siempre se dice “feliz año nuevo…” Sí, “feliz año nuevo” pero ¿cuándo?, ¿cuánto tiempo?
¿Qué año dijimos que era? 4723… es fácil acordarse, 7 y 3, 10, y el otro… 7 y 3, 10, y 4 y 2, 6, entre medias 4723… No, no es una fórmula fácil para acordarse ¿verdad? Bueno pero claro, tiene que tener alguna dificultad.
Pegas, pegas, pegas, el tener cuidado con que la necesidad de perfección no anule nuestro reconocimiento de errores. Importantísimo. La serpiente al principio se enfada tanto cuando no es la cosa impecable. No, no, no, cuida’o, cuida’o, careful, to be careful, a empezar otra vez. Y ésa es otra de las facultades de la serpiente, que sabe empezar otra vez. Y empieza como si nada hubiera pasado ¡porque ha pasado!, y tuvo su explicación y su lógica, y quedará en nuestro recuerdo algunas cosas ¡y otras no! Y cuando entremos en esa novedad, en esa innovación y nos quitemos lo sobrante, aparecerá lo reluciente de cada ser. Que no hay ningún ser oscuro, todos somos relucientes porque así nos trajeron, relucientes. Y lo malo fueron las costras que nos fuimos poniendo. Ahí está ese cambio de camisa de la serpiente para darnos el toque de distinción de lo que el Cielo pensó que fuéramos y debemos ser. Ésta es la gran oportunidad.
Gracias. Shalom, Shalom, Shalom, Salaam Alaikum, Alaikum Salaam.
Innovaciones, innovaciones, innovaciones… hay, hay, hay para todos suficientes sí. Adiós…
Ahora, ahora me van a regañar…
Adiós…
ASALTO POÉTICO
29-01-2025
¿Dónde estaban los alados vientos de las golondrinas?,
¿dónde estaban los tigres indefensos y cojos de las estepas?,
¿a dónde fueron a parar las mariposas de los polos?,
¿congeladas?,
¿se quedaron atrás los chimpancés y avanzaron estrepitosamente los sabiondos?,
¿y los sabiondos?, ¿de dónde vinieron?,
quizás los osos polares los transportaron en sus brazos
para que pudieran cantar en silencio
sin que se les escuchara.
O a lo mejor, quizás, tan sólo llegó un delfín…
un delfín andando y debidamente arropado
pero simplemente para actuar en un teatro, en una obra de claqué
y claqueó todo lo que pudo.
Y los espectadores,
entre ellas, las margaritas, las azucenas, los geranios y los alacranes
aplaudieron a rabiar.
¿Cómo se podía uno imaginar que semejantes acontecimientos
ocurrieran así, sin pensar, en un abrir y cerrar de ojos?
Ay… los mares se poblaron,
se poblaron los mares de piedras preciosas,
¡ah, sí, sí, sí, sí, sí!
Eran tan preciosas que los rubíes saltaban y coqueteaban con las esmeraldas,
y las esmeraldas hacían un guiño, así, de envidia a los diamantes
pero en sus choques ocasionales se veía que había energías sutiles
que se encariñaban.
¡Ah!,
las olas se pusieron contentas y los llevaban haciendo surf
y las llevaban a las orillas
y las llenaban, las playas, de piedras tan preciosas tan preciosas que…
hasta un día, hasta un día, bajó la luna,
una de las lunas de júpiter o de saturno o más lejos,
como son más así,
bajaron para ver el espectáculo.
¿Cómo era posible que en un lugar de esta característica
hubiera tanta, tanta bulliciosa y encantadora sinfonía?
¡Ay!, y hablando de sinfonías,
¡bua, bua, bua!, los arcabuces,
¡los arcabuces!, ¡bua!, ¡bua!, soplaban como nunca.
¡Y qué decir…!, ¡qué decir de las flautas que se esgrimieron como espadachinas,
las flautas de bambú,
los acordes del bambú vacío gritaban sus bonanzas,
¡sin separarse de la tierra!
Era curioso porque no se sabe por dónde entraba el aire…
¿Pero había aire o no había aire?
¡Oh sí!, el aire hizo su espectáculo fastuoso,
se revolvió entre las nubes
e hizo toda una suerte de bailarinas blanquecinas morunas,
sí, sí, sí…
que… no llovía.
No, no, no, jejeje, no llovía agua,
llovía té, té verde con hierbabuena, ¡mmmmm!
Y los sapos y las arañas se…
¡disfrutaban de maravilla!
las arañas sobre los sapos bebían y se embriagaban de té verde con hierbabuena
y se lanzaban como locas a los estanques,
mientras saltaban a la vez con un chillido espeluznante:
“¡Yahoooooo!” las arañas…
en busca de serpientes.
¡Ay, claro, las serpientes!
Las serpientes se ponían de pie…
Parece mentira ¿verdad?, tanto que decían que si tal, que si cual…
No.
Se pusieron de pie y empezaron a danzar con los escarabajos.
¡Guau, qué espectáculo!
Los escarabajos delante, los ciempiés atrás y en el medio los escarabajos…
esa danza rítmica, tribal casi, ¡guau, guau, guau!
Los búhos eran los espectadores excepcionales,
estaban absortos mirando y mirando y mirando
y sus ojos se hacían cada vez más grandes y más grandes y más grandes.
¿Y las luces?, las luces las ponían esos satélites que vinieron de otro lado,
color rojo, color verde, color azul, color amarillo, color violeta…
¡Guau, guau, guau!
Era toda una preciosa armonía entre los que allí había
que un día decidieron ser lo que deberían de ser
y actuaron como realmente pensaron que deberían hacerlo.
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